Gana la FIA...

... Y sus patrocinadores

Mi intención en este rincón era evitar hablar de deporte, algo a lo que me dedico a diario. Pero bueno, tenía ganas de expresar mi opinión sobre el machacante Mundial de Fórmula 1. No será la única vez que me salte este precepto, aunque sí una de las pocas, seguro.

Reconozco que apenas comulgo con el único campeón español de Fórmula 1, el asturiano Fernando Alonso. Ya en su día, cuando ganó el primer Mundial de los dos que atesora, le felicité con alguna reticencia en un artículo publicado en Ideal. Reconozco, pues, su gran mérito, pero siempre aborrecí la soberbia con la que Alonso, quizá sin reflexionarlo adecuadamente, menospreció con sus declaraciones posteriores a los que antes que él representaron a España en el circo de los monoplazas y a los que éramos amantes de la Fórmula 1 antes incluso de que él pilotase un kart.

Siempre fui fan de McLaren, desde que el austríaco Niki Lauda se montó en uno de los bólidos de la escudería del británico Ron Dennis con su oreja quemada tras aquel fatídico accidente que casi le costó la vida. Sólo traicioné a McLaren cuando un tal Ayrton Senna apareció por los circuitos a lomos de un Lotus negro JPS. La llegada de 'Magic' a la escudería inglesa me reconcilió con Dennis y lo suyos.

El fichaje de Alonso por McLaren me satisfizo a medias. Por un lado, me agradó la idea de que el mejor piloto español de todos los tiempos se pusiera a los mandos de mi monoplaza favorito. Era como unir mis dos tierras en una de mis pasiones escondidas. Por otro, me apenó mucho que aquel piloto español no fuera Pedro Martínez de la Rosa, a quien la fortuna nunca ha mirado con cariño a pesar de ser un gran piloto (para mí, al nivel del propio Alonso). De la Rosa quizá llegó algo mayor a la Fórmula 1. A mi juicio, tanto McLaren, como Ron Dennis, Alonso o Lewis Hamilton le deben mucho al trabajo desarrollado por Pedro como probador de la escudería.

He vivido toda la polémica generada alrededor de la batalla Alonso-Hamilton con cierta perspectiva aséptica. He leído y oído todos tipos de comentarios e informaciones, de un lado y de otro, a favor de uno o del otro. Y he llegado a dos conclusiones.

Una, que los medios de comunicación de un bando y de otro, es decir, españoles e ingleses, han celebrado una batalla pueril, antideportiva y excesivamente patriótica. Sus pataleos han sido más infantiles que el comportamiento de los propios implicados y, a veces, no siempre, han desinformado más de la cuenta con sus desvaríos nacionalistas. Han querido ir más allá en un mundo al que la gran mayoría llegó hace más bien poco, como el compañero Kevin Garside, del Daily Telegraph, a quien, acertadamente, un lector español, muy en la línea periodística anglosajona, renombró como Kevin 'Warside'. El amarallismo de algunos medios ingleses se ha contagiado y muchos periodistas españoles se han subido al carro de la 'tomatería' informativa para convencernos a los demás de que Alonso estaba siendo ultrajado por su propio equipo.

Mi segunda conclusión está basada en la anterior. Y es que antes de culpar a McLaren y a Ron Dennis de la cicatería a la que ha sido sometido Alonso, culpo a la FIA y Bernie Ecclestone del circo sinsentido que se ha montado en este Mundial que acabará el próximo domingo en Brasil. A Ecclestone, tras los años de la 'dictadura' Ferrari-Michael Schumacher, no le interesaba que Alonso heredara el trono del 'dictador' alemán (va camino de ello). Hamilton, para la FIA y para Ecclestone, ha sido un ángel negro caído del cielo.

A saber. Entre los 60 millones de habitantes de Gran Bretaña y los 45 millones de España, la Fórmula 1 se asegura una audiencia potencial de 105 millones de espectadores para empezar. Sin Hamilton, el guarismo de interesados por las carreras hubiese sido mucho menor. Ahí está el quiz de la cuestión. Y si analizamos con detalle todos los supuestos beneficios obtenidos por el piloto inglés en este campeonato, la FIA gana por goleada a McLaren en el supuesto favoritismo hacia el actual líder del Mundial. Basta con recordar el famoso día en que el monoplaza de Hamilton fue colocado de nuevo sobre el asfalto por una grúa tras sufrir una salida de pista, o el ya sabido GP de Hungría, en el que a Alonso le fue arrebatada la 'pole position' y le relegaron a la sexta plaza de la parrilla de salida tras una protesta del inglés no secundada por la escudería, que ofreció la misma versión que Alonso por un incidente interno en la prueba final de calificación.

En definitiva, que si Hamilton se convierte en debutante campeón del mundo o Alonso iguala a otros grandes pilotos de la historia con el logro de su tercer título mundial, quien realmente habrá ganado habrá sido la FIA, ya que el GP de Brasil, que se disputará en el circuito de Interlagos este domingo, será seguido, como mínimo, por millones de españoles y británicos. Y en un número similar por finlandeses, porque Kimi Raikkonen, no lo olvidemos, es el tercero en discordia y aún puede alzarse con el entorchado de campeón mundial.

Sumen a eso los aficionados de toda la vida, más los 'ferraristas' italianos, más los brasileños que todavía añoran a Ayton Senna... Y el GP Brasil se puede convertir en uno de los más seguidos de la historia a través de la televisión.

Berni Ecclestone, más conocido por Berni 'Eurostone' a partir de ahora, es el verdadero campeón en toda esta historia. Él, la FIA y sus patrocinadores.

El caldo
Hoy no hablaremos de vino por aquello de que el volante y el alcohol no son buenos compañeros de viaje. Aunque no estaría de más que las victorias de los grandes premios se celebrasen con uno de mis cavas preferidos: Juvé y Camps.