Faltan datos

Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras. Este vídeo publicado en EL PAÍS me da la razón en cuanto a que no siempre es posible esa máxima.

En esta información me faltan datos. ¿Quién es el ladrón y quién el vigilante de seguridad (sólo los distingo al principio)? ¿Dónde se ha producido esa pelea? ¿Qué robada el ladrón? ¿No sabía el delincuente que había vigilante jurado en el lugar? ¿Resultó herido alguno de los dos? ¿Qué edad tenían ambos? ¿Está detenido ese ladrón?

No sé, se me ocurren miles de preguntas (se nota a qué me dedico) para satisfacer mi curiosidad. Es un déficit que tiene a veces Internet. Vemos imágenes, ya sean fijas o de vídeo, sin explicación alguna añadida y tu curiosidad queda sedienta.

El caldo
A mí el vino no me suele calmar ni la curiosidad ni la sed, aunque he visto a gente (entre ellos, a mi padre) beberlo a pleno sol. Él y el padre de mi amigo David Martín (Paco Martín es el progenitor) coinciden en que lo mejor para aliviar el calor es un trago de vino. No sé, nunca me he atrevido.

Con sed o sin ella, David y yo, siempre que el restaurante lo acoja en su bodega, consensuamos pedir un Marqués de Murrieta, que nos gusta a los dos. Y es que no siempre coincidimos en la elección. Por eso, siempre digo que el vino no es sólo cuestión de saber o no, sino también del paladar de cada uno. Salud vigilantes.