Anoche nos encontramos –un grupo de compañeros y servidor– a Miguel, uno de los asesores del presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero. Miguel, del que me ahorro su apellido por su propia seguridad, es granadino y lleva ya casi cuatro años trabajando para el presidente socialista en Moncloa, desde que ZP decidiera 'ficharle' tras ganar las elecciones generales en 2004 y después de conocer a Miguel en La Herradura (Granada), durante sus vacaciones veraniegas del año anterior.
Pues bien, Miguel, en su labor de asesor, fue testigo directo de un conflicto diplomático que ya ha pasado a la historia española e iberoamericana: el del archifamoso "¿por qué no te callas?" del rey Juan Carlos al histérico presidente venezolano Hugo Chávez. No voy a desvelar todo lo que me contó 'off the record' este ilustre anónimo granadino. Sólo retrataré dos cosas. Una es fácilmente comprobable, ya que la foto del histórico momento –adjunta a estas letras– salió publicada en muchos periódicos del mundo latinoamericano. Miguel estaba sentado detrás del monarca español ese día y fue testigo directísimo de lo ocurrido. Vamos, que oyó al rey decir su frase sin necesidad de micrófono.
La otra cuestión tiene que ver con el sonido, precisamente. Y es que, según parece, salvo el micrófono por el que intervenía Zapatero y a través del cual se oyó al patriarca de los Borbones, en la sala no entraba el sonido ambiente que la televisión recogió y por el que se pudo oir con dificultad lo que le decía Chávez a ZP, mientras el dirigente español le replicaba por sus calificativos al anterior presidente español, José María Aznar. Resulta, pues, que casi nadie en la sala oyó qué dijo Chávez, ni la gran mayoría escuchó con sus orejas el "¿por qué no te callas?" en directo, salvo los que estaban cerca del rey, entre ellos, Miguel. El resto, incluido el propio mandatario venezolano, tuvo conocimiento de la frase ya fuera del auditorio, en los pasillos, cuando los periodistas de los distintos países se encargaron de preguntar por el conflicto recién iniciado.
Es decir, que el hombre que ha prohibido la minifaldas en Venezuela y el uso de internet, entre otras cosas, no se calló del todo porque no oyó bien al rey. Eso sí, en lo sucesivo, su boca no ha parado de soltar sandeces desde entonces. Aznar será lo que será, no voy a ser yo quien lo defienda, pero manda tiroles que Chávez, un dictador en ciernes, que está haciendo uso de la democracia, como ya hicieron otros, para perpetuarse en el poder, llame fascista a alguien y hable a estas alturas del colonialismo español.
Pues sí, cállese señor Chávez. Le hará un gran favor a su país y a sus conciudadanos... Y dejará más tranquilo al resto del mundo.
PD: Nuestro protagonista granadino aparece en la foto adjunta, pero no desvelaré quién es. Adivina, adivinanza.
21 nov 2007
Oídos sordos... por la ausencia de micrófonos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Siempre con información privilegiada... Je, je. Ya he desvelado el secreto de por qué me hice periodista deportivo. Agur.
Publicar un comentario